24/1/07

El cambio climático y el fin del queso

A lo largo de estos últimos años, y con el desarrollo de la nueva "ética" empresarial, han aparecido infinidad de libros sencillos con múltiples propuestas para adaptarse a la nueva realidad cambiante.

Hará ya algunos años, cayó en mis manos uno de los más conocidos. “¿Quién se ha llevado mi queso?”, una fábula un tanto infantil que explica las diferentes reacciones de varios grupos de ratones cuando ven que sus reservas de queso van bajando poco a poco.

Si no recuerdo mal, había tres grupos de ratones, diferenciados básicamente por su lucidez a la hora de detectar el problema de la falta de comida. Un grupo conservador, un grupo normal y un grupo atrevido. Los primeros no reaccionan hasta que se agota totalmente la comida, teniendo de golpe un grave problema. Los segundos salen en busca de nuevas fuentes de queso, pero vuelven frustrados debido a la dificultad de la tarea. Finalmente el grupo atrevido consigue encontrar nuevo queso teniendo así una gran recompensa por el esfuerzo.

Aunque no comparto la premisa de la que parte el relato, ya que lo óptimo según mi punto de vista sería que los tres grupos se organizaran para conquistar el nuevo queso, a la vez que deberían bajar conjuntamente el consumo de las reservas del queso actual (nunca se sabe si habrá nuevo queso), me parece interesante la moraleja principal, que nos advierte de que es positivo detectar los problemas cuanto antes.

En este punto, me gustaría hacer una pequeña analogía con un problema que afecta hoy en día a todas las personas del mundo, en mayor o menor grado. Algo que empezó siendo una mera hipótesis catastrofista sobre el advenimiento de un cambio climático en la Tierra debido a las consecuencias de la manera de producir del hombre, se ha convertido en una realidad poco digerible incluso para los más optimistas.

Más que hacer una crítica cuestionando el fuerte impacto ecológico de la II Revolución Tecnológica, sumado al previo “desgaste” ambiental de la I Revolución Industrial, me gustaría aplicar la moraleja del cuento.

Si se sabe y está realmente demostrado desde el mundo científico que la presión que ejerce el hombre sobre el planeta está empobreciendo nuestras condiciones de vida y, sobretodo, deteriorará las del futuro, ¿cuando vamos a salir a buscar el nuevo queso? ¿Cuando empezaremos a plantearnos seriamente (que no es hacer lo políticamente correcto) la urgencia de un cambio radical en nuestra manera de producir para evitarlo?

Esperemos que no sea cuando Venecia esté ya debajo del mar o cuando ya no podamos ir a la playa por las radiaciones solares (o por falta de arena), ni esquiar por falta de nieve. O cuando hacer un trek por zonas no habitadas sea algo parecido a hacer una travesía por el Sahara.
En todo caso, esperemos que no sea cuando el queso se haya convertido en fondue.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hacía tiempo que no me pasaba por aquí señor Revordax, he estado ocupado, poco a poco le responderé a todos los post con los que usted nos ha ido deleitando con su mundo chupiguay donde todos somos buenos y hemos de hacer un esfuerzo entre todos.

Mire, en este mismo usted se da la respuesta, que hacen los ratones atrevidos: Se lo curran, trabajan y se esfuerzan saliendo a buscar mas queso.

Ahí tiene la respuesta y es algo que aunque no salga reflejado en los medios de comunicación asiduamente ya se está haciendo, le podrá parecer descabellado, pero la solución que sus encantadores roedores nos dan es la exploración de nuevos planetas habitables, similares a la tierra, planetas donde el ser humano puedo proseguir su evolución.

Estimadas salutaciones.

Revodarx dijo...

Saludos de nuevo Sotani, un honor volver a ser leido por usted. En cierta manera, es posible entender el cuento de manera expansionista. Mi forma de verlo, en el mundo chupiguay, es mas bien investigando que se está haciendo mal y cambiarlo, mas que buscar nuevos sitios para cometer los mismo errores. De momento no hay nuevos planetas, ni la posibildiad de habitarlos masivamente...

Hasta pronto