22/9/06

Crítica a la autoproclamada impunidad

Hay posturas radicales como las de Alexandra David-Néel en su juventud que consideran que los derechos son en cierto modo un deber, ya que para que existan el hombre debe someterse a una autoridad que los designa y que vigila por su cumplimiento. Además, el hecho de la existéncia de ciertos derechos acarrea a su vez ciertas obligaciones.
Alejándonos de ese extremo, en la sociedad actual, predomina la idea de que los derechos son fundamentales para cualquier ser humano, especialmente el derecho a la vida, a la intimidad y a la igualdad. Nada más lejos de la realidad se encuentra Estados-Unidos en este momento a la hora de cumplir tales derechos. El país que en su momento fue pionero con una constitución que otorgaba unos derechos casi soñados a las personas está, a dias de hoy, ejerciendo e imponiendo su voluntad en contra de sus propias leyes más fundamentales. La psicósis en la que vive inmersa el país es peligrosa para el resto del mundo. Sus dirigentes se sienten objetivo principal de una especie de confabulación internacional terrorista (según su propia terminología "eje del mal") que desea el fin de su hegemonia en el mundo.
Aunque no viene al caso, me gustaria opinar que después de varios siglos de civilización y de una supuesta y cada vez más dudosa evolución, el sentido común dicta que cuando alguién desea matarte abiertamente, lo bueno es preguntarte el porqué en vez de quererle destruir tu como solución.
Lejos de asumir cualquier tipo de culpa o de error en sus políticas imperialistas y de libre comercio, los EEUU, no sólo han engendrado un seguido de guerras desafiando las resoluciones de las organizaciones fundadas depués de la II G.M (ONU) provocando una grave crisis a nivel moral y político en su país y en el resto de occidente sino que han atentado sin miramientos a los derechos fundamentales de miles de personas alrededor del mundo. Empezando por los prisioneros de guerra de Guantánamo, pasando por los inocentes viajeros musulmanes detenidos en los aeropuertos que circulan por EEUU en turismo o negocios. Han matado a miles de civiles en Irak, Afganistán. Un conflicto que sigue abierto y que sus consecuencias se presumen trágicas para el conjunto de la humanidad.
Como siempre, de momento tenemos a unos beneficiados: los que conforman el complejo militar-industrial americano (Galbraith). Tengo ciertas dudas de qué a alguién más pueda beneficiarle ese afán por destruir el terrorismo que según mi parecer y el de muchos, ellos mismos han engendrado y que, en todo caso, estoy seguro que se puede solucionar de otras maneras. Me remitiré para terminar a esa segunda máxima que se encuentra inscrita en el Ministerio de la Verdad en el libro de Orwell 1984. " La Guerra es la Paz". Recordarle a la administración americana que esto no es una novela, es el mundo real, y que lanzar una bomba en nombre de la paz es tan absurdo como beber agua del fuego.

1 comentario:

vafalungo dijo...

La cosa está mal, pero parafraseando a Luppi en "un lugar en el mundo" Al final, estamos todos en el mismo bando. Con los que perdieron. Yo no digo se perdió una batalla , pero no la guerra. Yo digo: si la guerra se ha perdido, por lo menos me quiero dar el lujo de ganar una batalla. Pues eso.