29/5/07

El ocaso del coche deportivo

Salí del coche dando un portazo, probablemente ella cerró los ojos y gritó, pero no pude escucharla, estaba ya corriendo en dirección lejana. No quería volver, estaba muy cansado. Dejarla con el cinturón de seguridad puesto era un buen truco, aunque no lo hubiera pensado antes. Tenía muchas cosas que hacer y tantas nuevas personas que conocer que dejar aquella chica encerrada en un deportivo, justo después de habernos dado el mejor beso de nuestra vida, era, si más no, un acto revolucionario. En un pensamiento altruista pensé que podría llorar sin límite, había dejado puesto el mejor cd de música electrónica que tenía en mi colección privada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me flipan los prototipos. Mirad ESTA MARAVILLA.

Anónimo dijo...

A mi me flipan los prototipos. Mirad ESTA MARAVILLA.