14/3/07

¿Toyota empezó aquí?


La publicidad, es decir, el uso de cualquier estrategia comercial para intentar seducir a un supuesto cliente potencial sobre la necesidad de consumir un determinado producto, hace años que no despierta demasiado mi atención. Mover sentimientos, poner las ideas al servicio de una marca que se guía por el dogma del máximo beneficio…me desencantó hace algunos años.

No obstante, debo convivir dentro del paisaje urbano y de vez en cuando en la televisión, cine o Internet con algún que otro anuncio que pretende venderme algo o que quiere que me sienta mal si no consigo lo que se me ofrece. “la fibra que necesitas” “si no vuelas es porqué no quieres”.

Curiosamente, delante de mi facultad contemplé el otro día que Toyota lanzaba un nuevo eslogan para promocionar sus nuevos coches de gama más baja, juvenil.

“Todo empieza aquí”

La empresa de coches más grande del mundo ha tenido la misma ocurrencia que yo cuando tuve que ponerle título a este blog, más o menos antes del verano.

Ni me alegra ni me decepciona, me divierte bastante que esta frase pueda servir para tan variados usos.

Todo empieza cuando entras en un concesionario Toyota y decides gastar tus ahorros del trabajo de los anteriores cuatro veranos para tener ese coche que te permitirá empezar y hacer todo aquello que tengas ganas. Ir de viaje, llevar a la novia, pagar más impuestos, contaminar más, dedicarte a mirar a los otros que tienen el mismo coche que tu y ver si están a tu altura o si tienen una versión más potente.

O bien, todo empieza cuando Google te muestra la página de este blog, habiendo buscado cosas como “Republica Independiente de tu casa” “Gilles Lipovetsky” “Boicot Zara” “Clase dominante”. Ves esta página y piensas que todavía hay algún joven que intenta escribir algo interesante, o por el contrario que es un marxista trasnochado cargado de contradicciones que agoniza ideológicamente y usa el blog para sustentar su decaído ego.

Aunque quizá no empieza nada, sino más bien se confirma que hay gente inconformista que tiene ganes de criticar y ser escuchada y que no desiste a la hora de plantear, cuestionar, discutir e ironizar respecto aquello que le rodea. Y se confirma también la dudosa credibilidad de los publicistas, que son pagados para usar eslóganes que un chico de 21 años escribe como título de su blog.

No hay comentarios: